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miércoles, 25 de septiembre de 2013

La gotera de la azotea y los temas transversales



 

El lunes pasado llevé a mi hija de cuatro años a una función de titeres en Jerez. La compañía “La gotera de la azotea” presentaba su último montaje. Cinco euros por persona. Un espectáculo de una hora que desde el punto de vista técnico me pareció notable: buena música, bonitos guiñoles, historias divertidas para niños muy pequeños. El público, unas cuantas decenas de personas, esn taba formado por niños de entre 2 y 5 años y sus padres. Hasta ahí todo normal.

La primera historia trataba de un atún que tras morder un anzuelo era devuelto a la vida por un hombre que estaba en la playa. Una historia sencilla y lírica, con algún ribete ecológico.

Pero la segunda historia tenía otros componentes. En ella aparecía un guardia muy malhumorado que llevaba una porra con la que amenazaba a un niño que quería jugar. Este guardia, no solo se contentaba con esto, sino que decía explícitamente que le gustaba “prohibir”.t De ehcho daba la vuelta a unos árboles que se convertían en tres señales de prohibición. En la primera aparecía un niño jugando con un perro. En la segunda de ellas aparecía un libro y el guardia decía que le gustaba prohibir la cultura y los libros y hacer recortes en la educación pública. Al volver el último árbol aparecía prohibido el símbolo I+D+I y el guardia decía que estaba en contra de la investigación en I+D+I. ¿Les suena el discurso?

No se quedaba esto ahí, sino que al desaparecer el guardia aparecía otro personaje:un egoístac que quería engañar al niño quitándole sus naranjas. Este personaje decía llamarse Mariano, “como Mariano Rajoy” añadía y hablaba imtando la peculiar forma de pronunciar la “s” del presidente del Gobierno.

El público, repito, estaba formado pro niños de 2 a 5 años y por sus padres. Se supone que la obra era infantil. ¿Alguno de esos niños sabía lo que era la educación pública y su defensa? ¿Alguno podía entender lo que es el I+D o comprender quién es Mariano Rajoy? ¿Podrían argumentar los integrantes de la compañía de títeres por qué razón incluyen mensajes políticos en una actuación infantil? La única diferencia que existe entre esto y una función teatral para los niños de la Alemania nazi o los cubanos es que en estos países la asistencia es obligatoria.

Desafortunadamente, el bombardeo ideológico sobre los niños desde posiciones progresistas se ha repetido con fondos públicos desde la llegada del PSOE al poder en 1982. Se utilizó entonces La bola de Cristal para lanzar mensajes anticapitalistas y progres. Y se hizo una política cultural consciente para insuflar una ideología determinada en toda la sociedad. Las subvenciones al cine, al teatro o la contratación de compañías teatrales se supeditó al mensaje político de la obra. Quien haya ido con sus hijos al teatro a obras programadas por los ayuntamientos habrá observado que en todas aparecen los mismos temas: la ecología, el pacifismo, el feminismo... Es decir,, los llamados temas transversales que no han sido sino una forma de instaurar una ideología dominante que ha tratado de identificar democracia con pacifismo, feminismo, ecología, etc.

Y esta ideología se ha acabado imponiendo por desistimiento del adversario. Y eso es lo único que explica es que los padres (bien por convencimiento o por simple estupor. ) aceptasen aquella imposición ideológica sin decir nada. Nadie desde el rigor y la seriedad ha explicado que los temas transversales no son más que una suma de intenciones (algunas más malas que buenas) que no tiene nada que ver con la democracia. La democracia es el estado de derecho, la libertad y el ejercicio del voto entre otras cosas. Se puede ser demócrata sin ser pacifista, ni feminista, ni ecologísta, ni progre. Yo lo soy y no tengo ningún complejo en decirlo. Y soy fan feliz, oiga. Milité en la extrema izquierda y sé bien cómo es ese mundo.

A todos estos seguidores de los temas transversales habría que recordarles que si no llega a ser por Churchill seguramente el mundo en el que ellos viven y pueden expresarse no existiría. Y Churchill no era ni pacifista, ni feminista, ni ecologista, ni progresistas. Si no hubiera sido por su política abiertamente beligerante contra la Alemania nazi, hoy nuestro mundo sería muy distinto. Y mucho peor.

El sábado la llevé al circo. Quince euros dos horas de espectáculo con trapecistas, domadores, payasos y malabaristas. No había ni coeducación, ni pacifismo, ni ecologismo ni nada de esas cosas. Pero yo me lo pasé bien y mi hija mejor. Y que quieren que les diga. Me quedo con el circo.

Menos temas transversales y más cultura. Eso es lo que hace falta.